Desde chiquita siempre fui muy independiente. No sé si era porque me sentía sola o porque creía que no necesitaba a nadie. Aunque admito que muchas veces buscaba llamar la atención, como cualquier niño. Así que supongo que era más la primera opción que la segunda.
Mis papás estaban en la suya (ya lo he contado en otro post), así que yo hacía la mía.
Al ir creciendo me gustaba más la idea de estar sola y ser independiente, pero esto generaba incomodidad a mi madre, lo cual me fastidiaba.
Fue entonces que a los 20 años dejé el nido.. Y ahí sí comencé a sentir mucho la soledad.
Me fui un poco lejos de mi ciudad de origen, lo cual hacía difícil que la gente me fuera a visitar.
Eso me hacía sentir más sola y poco querida.
Cara a cara me encontraba con mi dolor. Con la herida.
Fue cuando comencé a hacer un trabajo muy profundo junto a mi terapeuta. En donde recorrimos los rincones de la infancia para abrazar a mi niña herida, que se sentía tan desprotegida y abandonada.
Poco a poco fui comprendiendo mi historia, la de mis papás... y así me fui amigando con mi soledad. Entendí que era una parte fundamental en mi crecimiento espiritual.
Hasta ahora viene siendo un relato normal..
PEROO.. repentinamente sucedió un evento histórico. El que todos ya conocemos. Sí, el del 2020.
Gran momento para muchos de enfrentarse a su soledad. YO FELIZ.
Pero también fue un gran abrir los ojos para mí sobre qué estaba pasando en el mundo. Comencé a ver que había más oscuridad de la que podía imaginar. Y fue entonces cuando mi escorpianeidad me llevó a lugares.. un poco tenebrosos. Bastantes. Y comencé a conectar con seres.. seres de la no luz. Lo cual me dio MUCHO miedo. ¿Te imaginás?
Pero mi sentido arácnido me decía que si tenía el potencial para conectar con esos seres, entonces también tenía el potencial para conectar con seres de La Luz. Y fue así que comencé a buscar conectar con los ángeles. Me compré un oráculo de Ángeles y comenzaron a pasarme cosas hermosas. Comencé a ver sincronicidades y mensajes angelicales a través de los números, y empecé a comprender cada vez más que siempre estamos siendo guiados y acompañados (aunque muchas veces no sepamos verlo). ¡Pero nunca estamos solos!
Convivimos con muchas dimensiones, las cuales no vemos con los ojos físicos pero somos capaces de percibir si nos entrenamos. Muchos ya vienen con ese don, pero otros tenemos que creer para ver. Y yo elijo creer, porque eso me hace sentir mejor, y me hace sentir acompañada. Y cada vez que tengo una duda les pregunto a mis ángeles y espero la respuesta. Y de alguna u otra forma siento que llega.
Así que te invito a creer en otras realidades. Y a creer que siempre estamos acompañados, pero también tenés que nutrir esa relación porque ellos respetan nuestro libre albedrío y están esperando a que queramos conectar con ellos.
El mundo espiritual es real y nosotros somos parte de él.
Cree y verás.
Gracias por llegar hasta acá.
¡Te abrazo, ser de luz!
Micky.
Комментарии