Me parece una herramienta poderosísima para avanzar. Sacarnos peso. Desligar cargas innecesarias.
El perdón comienza con la decisión de perdonar. Luego surge el sentimiento.
El perdón es lo que equipara el karma..
KARMA: el fruto de tus actos.
Alguien te hace algo y quedás con resentimiento. En otra vida, tenés la oportunidad de hacer ese algo a esa persona. Podés hacerlo o no. Decidis hacerlo. Luego esa misma persona en otra vida vuelve a tener la oportunidad de hacertelo de nuevo. Lo hace. Decides perdonar. Fin de ese karma.
Por eso esconde un gran poder.
Es envuelto por el amor incondicional. Despierta la compasión, la comprensión, de que muchas veces actuamos desde nuestra herida. Y que hicimos e hicieron lo mejor que podíamos en ese momento, con ese conocimiento y esas herramientas.
Al final todo se basa en un sin fin de escenarios para nuestro aprendizaje. Y sin duda algo aprendimos de aquella experiencia aunque quizás todavía cueste verlo.
Perdonar nos hace fuertes, sabios y humildes.
Perdonar es de grandes.
Y comienza por casa. Perdono a mamá y papá porque quizás no supieron amarme como yo lo necesitaba.
Me perdono a mi mism@, por todas las veces que me perjudiqué, sabiendo o no sabiendo lo que hacía.
Pido perdón a aquellos seres que lastimé sin darme cuenta. Y a los que lastimé a través de mi herida.
Agradezco los aprendizajes.
Confío en el proceso de la vida.
Suelto y me dejo abrazar por el infinito amor del perdón.
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